El día en que se cumplían tres meses de uno de los golpes más duros que las autoridades mexicanas han sufrido en lo que va de sexenio, la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Clara Brugada, ha informado de la detención de 13 personas, por el asesinato, el 20 de mayo, de Ximena Guzmán y José Muñoz, dos de sus colaboradores más cercanos. Fue la propia Brugada quien adelantó la noticia, para que horas después ahondasen en ella la fiscal local, Bertha Alcalde; el jefe de policía, Pablo Vázquez, y el secretario de seguridad federal, Omar García Harfuch. Una muestra, la presencia de los tres funcionarios, de la transcendencia que tiene de la investigación y a la que, pese a la decena de arrestos, le falta la pieza angular: el autor material de los disparos y el móvil que le llevó a ello.
