Los ánimos están a flor de piel entre los políticos argentinos. El jefe de ministros, Guillermo Francos, abandonó este jueves una interpelación en el Senado, enojado con una legisladora opositora que lo llamó “mentiroso”. El informe de gestión del ministro, al que está obligado por ley, quedó trunco. “Lamento la falta de respeto de una senadora que no honra su cargo en el Congreso de la Nación ni la sesión informativa como un legítimo espacio de diálogo entre poderes”, escribió el ministro en sus redes sociales. La salida abrupta del ministro dio alas a los senadores para destacar las formas con que el presidente, Javier Milei, suele humillar a sus detractores. El miércoles, en un acto ante empresarios afines, el ultraderechista volvió a cargar contra sus oponentes políticos: los llamó “basuras y ratas inmundas” y los acusó de tener “parásitos mentales”. Obvió, esta vez, “mandriles infradotados y sodomizados”, uno de sus insultos favoritos.
