“Estamos todos devastados”, cuenta desde Gaza Norte Ahmed Al Daf, un joven gazatí de 25 años, un día después de que Israel retomara sus bombardeos contra la Franja tras poco menos de dos meses de alto el fuego con Hamás. “Lo ves en las caras de las personas: pálidas, sin vida, despojadas de cualquier espíritu”, agrega. Solo en la madrugada del martes, los ataques israelíes mataron a más de 400 personas, de las cuales al menos 183 eran niños, según el Ministerio de Sanidad gazatí. “Después de que pudimos respirar y decir, por fin terminó, comenzaron de nuevo a caer las bombas y con ellas el miedo, más intenso que antes”.
