Texas ha movido este miércoles una pieza que amenaza con alterar el tablero político de Estados Unidos a poco más de un año de las elecciones intermedias. La mayoría republicana en la cámara baja estatal se ha impuesto para aprobar en un voto 88-52 un polémico rediseño de los mapas electorales, ideado con el solo propósito de dar al partido conservador más representantes en el Capitolio, una medida que Donald Trump ha justificado con los buenos resultados que obtuvo en los comicios del año pasado. La medida, que debe ser ratificada por los senadores locales en las próximas horas, pone en marcha una respuesta al otro lado del país. California, el Estado más poblado del país, amenaza con hacer lo mismo y así neutralizar las acciones enviando más demócratas a Washington. “It’s on, Texas (a jugar, Texas)”, dijo en redes sociales Gavin Newsom, el gobernador de California. La gran guerra del gerrymandering, como se conoce a esta manipulación de los distritos electorales, ha comenzado.
