Cuando la infancia transcurre entre la sabiduría de los abuelos, un padre escritor, una madre médica y cinco hermanos, el mundo interior es propicio a volcarse en un lienzo donde las palabras encuentran humor y sentido.
Daniel Gascón es escritor, traductor, guionista, columnista y editor de la revista Letras Libres en España. De niño le gustaba dibujar y quería ser escritor, por influencia de su padre, de las cosas que le contaba, de los autores de los que le hablaba.
Dos formas de expresión artística que, para él, siempre han estado asociadas a la idea del disfrute. Igualmente, le gustaba crear cómics, pero lo desechó porque a su abuela le parecía un oficio poco serio. Así que estudió Filología y ahora se dedica al periodismo.
Rodrigo Blanco Calderón, la pluma y el oído
Con las columnas de la prensa siempre ha tenido una relación cercana, pues es un asiduo lector de periódicos desde los 12 años. Para él, las columnas, además de ser fuente de aprendizaje, tienen algo de musical y de poético.
Gascón retomó el dibujo durante la pandemia y le gusta hacerlo con sus hijos, una dinámica que disfrutan mucho en familia. Le entusiasma el reto de buscar esa frase lapidaria que sintetiza lo que quiere transmitir. Sus intereses se centran principalmente en la política y la cultura.
Entre sus libros publicados se encuentran: La edad del pavo, El fumador pasivo, La vida cotidiana, Entresuelo, Un hipster en la España vacía —cuyos derechos los adquirió Amazon Prime Video e hizo una película—, La muerte del hipster, Fake News, El golpe posmoderno y El padre de tus hijos.
Sobre Fake News, una antología de parodias y viñetas, nos dice: «ya se sabe que toda sátira es profecía y toda parodia es eufemismo. Quería que el espíritu fuera ácido, pero también deportivo, pretendía hablar con ligereza de cosas que me parecen importantes. Y buscaba algo más difícil y mucho más pretencioso: divertir y hacer reír a los lectores, porque creo, como Luis Buñuel, que un día sin risa es un día perdido».
A Daniel Gascón siempre le han llamado la atención los artistas integrales, aquellos que tienen una mirada periférica y son excepcionales en todo. Lo afirma sin percatarse de que él es, también, uno de ellos.