A pesar de que estoy a dieta de matinales por una cuestión de salud mental, el pasado viernes me enganchó el anuncio de Susanna Griso de un debate sobre el cambio climático y su repercusión en las danas entre Fernando Valladares, investigador del CSIC, y Daniel Lacalle. Qué tenía que ver el economista con el tema, me preguntaba, pero tal vez era otro Lacalle y no el locuaz ultraliberal que Griso utiliza habitualmente como comodín para reforzar su línea editorial. Era él, claro, y lo que sucedió a continuación no sorprenderá a nadie. El científico argumentaba basándose en su vasto conocimiento sobre el tema, mientras el economista repetía las mismas sandeces que cualquier tuitero de esos que creen que van a hundir ING por retirar 300 euros de su cuenta no cuenta; Valladares aportaba rigor científico y Lacalle crispación y una sobreactuación más propia de la mesa de investigadores de Mask Singer que de un espacio en el que se hablaba de un suceso que ha provocado la muerte de más de 200 personas.