En 2015, durante un congreso en Aalen (Alemania), el director del Museo Arqueológico Provincial de Alicante, Manuel Olcina Doménech, mostró durante su ponencia una imagen del Togado de Pompelo, una escultura de bronce hallada en Pamplona en 1895 y a la que se le había perdido la pista once años después. Sucedió entonces el milagro. Entre el público había una investigadora norteamericana que identificó esta pieza: estaba en manos de un coleccionista privado de Nueva York. El cómo llegó allí y los avatares que sufrió durante los más de cien años que estuvo desaparecida sigue siendo un misterio.
