Acciones como las del dominicano que auxilió a joven en Boston bajan tensión y estrés social

Las buenas acciones de los ciudadanos provocan una satisfacción colectiva, que ayuda a la salud mental y genera la sensación de bienestar, tan necesario en estas sociedades que vienen de la resaca de un encierro por la pandemia y que cada día son marcadas por acciones violentas y de la indiferencia ante los más necesitados.

La acción de Adolfo Molina Burgos, el joven dominicano que desafió el peligro de la carretera para salvar a una joven que se desmayó dentro de su vehículo en marcha en Boston, Massachusetts, sin dudas que ha hecho latir de alegría y orgullo a miles de quisqueyanos y bajar los niveles de estrés y tensión.

La sicóloga Rafael Burgos explica cómo favorecen esas acciones a las personas. “Se observa un impacto positivo en la salud mental, derivado de las experiencias lúdicas, la práctica o la contemplación del arte, así como el recibir noticias esperanzadoras, como las buenas acciones de otros seres humanos, en especial cuando se trata de personas con las que nos identificamos. Suelen disminuir los niveles de estrés, aumenta la disposición a contribuir y temporalmente se genera un clima donde predomina la cercanía, la aceptación y se minimizan las diferencias».

La especialista de la conducta también cita que el torneo de béisbol invernal, que recién concluyó en República Dominicana, y el compartir durante las fiestas navideñas, generaron sensaciones que sustituyen la tensión.

A continuación reproducimos el texto íntegro de las explicaciones de la sicóloga Rafaela Burgos.

Tanto lo lúdico como las artes, es decir, el juego, la diversión, el disfrute en grupo, generan emociones tan importantes como la alegría, el entusiasmo, derivados de la sana competencia, Por ejemplo, durante la temporada de béisbol, donde el disfrute y las bromas entre miembros de diferentes equipos sustituyen la tensión y los enfrentamientos.

Algo parecido ocurre en las festividades de navidad, donde emergen sentimientos colectivos de empatía, solidaridad, búsqueda de espacios para compartir con personas que nos importan, por el solo hecho de estar cerca y pasar buenos momentos.

El factor clave es que los adultos se dan permiso para jugar, para mostrar su alegría y poner al margen los aspectos que en nuestro rol de adultos solemos priorizar, haciendo una pausa en las obligaciones, los roles estereotipados, dejando salir la creatividad, lo ligero, la diversión, solo por pura diversión, de forma natural, lo que representa la esencia del bienestar y la motivación.

Cuando los adultos nos negamos el permiso de jugar, bloqueamos necesidades naturales, dado que estas experiencias son parte esencial de la salud mental del adulto, tanto como son fundamentales en el desarrollo de los niños.

De otro lado, la especialista de la conducta dice que cuando un miembro del grupo al que pertenecemos destaca de forma positiva, realiza un acto que genera admiración general, sentimos orgullo colectivo, que puede decirse es lo opuesto a la vergüenza colectiva.

Esta emoción nos eleva la satisfacción de ser parte de ese conglomerado (equipo, ciudad, país, profesión, etc.)

También tiene el efecto de producir lo que se llama Aprendizaje vicario (en este caso, positivo), convirtiendo a la persona que lo realiza en un modelo para los que lo observan, en especial para los más jóvenes.

DÍA DE LA JUVENTUD

 A propósito de que hoy se celebra del Día de la juventud, es importante destacar lo positivo de acciones como la realizada por este joven dominicano, motivada por el deseo de ayudar, de hacer el bien, incluso poniendo en riesgo su propia seguridad.

Los jóvenes, en esencia, necesitan encontrar objetivos y motivación y es allí donde los modelos positivos, juegan un papel trascendental.

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