El optimismo es una confesión de confianza y fe hacia el provenir. Es decir, frente a las dificultades nos mostramos convencidos de que saldremos a camino. Eso ya de entrada es una fuerza enorme para empujar hacia adelante y en buen ánimo.
Sin embargo, siempre resulta útil fundamentar el optimismo. Significa identificar claramente las fortalezas y las falencias para saber cómo encarar y determinar el tamaño de los empeños.
La economía es sobre todo psicología, aunque la relacionemos con los números, pues ella no es más que las voluntades de los sectores de hacer cosas y no cruzarse de brazos o llenarse de incertidumbres que es miedos.
Hay buenos indicadores, pero sabemos que hay cosas que arreglar.