Más de dos centenares de profesionales relacionados con el mundo del cine, la mayoría de ellos alemanes, han firmado hasta este domingo una carta abierta en la que protestan por la invitación de dos políticos de la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) a la ceremonia inaugural de la Berlinale el próximo 15 de febrero.
La invitación «es incompatible con el compromiso del festival de ser un lugar de empatía, concienciación y entendimiento», denunciaron los firmantes.
«Nos negamos a normalizar o permitir que los políticos de derechas participen en nuestros espacios», afirmaron, y recordaron que en 2019 la organización del festival había publicado un comunicado posicionándose contra el «populismo de derechas».
En declaraciones a medios estadounidenses del sector, como «Deadline» o «Variety», la organización de la Berlinale, que celebra este año su 74º edición, confirmó que se espera la asistencia de dos políticos de la AfD, Ronald Gläser y Kristin Brinker, a la ceremonia de apertura.
El festival indicó que la AfD cuenta con diputados tanto en el Parlamento como en la Cámara de Representantes de Berlín, lo que «es un hecho y debemos aceptar como tal».
Agregó que el Senado de la ciudad-estado de Berlín recibe cuotas de invitados, al igual que otras instituciones, y que es en este contexto que se distribuyeron entre los miembros de todos los partidos representados en el parlamento regional.
El comunicado
«La Berlinale se sitúa a favor delos valores democráticos básicos y en contra del extremismo de derechas y apoya todas las manifestaciones y otras iniciativas contra las tendencias antidemocráticas», resaltó la organización.
Después de que el mes pasado trascendiera la participación de la AfD en un encuentro en que se debatieron planes para expulsar del país a millones de personas de origen extranjero, una oleada de movilizaciones ciudadanas está buscando plantar cara al auge de la formación, segunda en intención de voto.
-
Unas 150.000 personas se manifestaron ayer en Berlín contra la ultraderecha según datos de la policía, mientras que decenas de miles lo hicieron en el resto del país.
