Bárbara Lucera, estilista capilar experta en la firma GHD, referente en el cuidado del cabello detalla a EFE la forma de secar el pelo de forma adecuada, y recuerda que “una de las claves fundamentales para mantener un cabello bonito y saludable es saber secarlo correctamente”.
“Secar bien el cabello no significa invertir más tiempo, sino hacerlo con conocimiento”, incide Bárbara Lucera. En esa combinación entre técnica, protección y tecnología se encuentra la fórmula para que el secado, ese gesto aparentemente simple, se transforme en el mejor aliado de la belleza capilar.
Eliminar la humedad de forma previa
El secado, advierte, “no es solo una parte más del peinado; es un paso crucial en el cuidado capilar”. De su técnica depende no solo el resultado estético, sino también la resistencia y vitalidad de la fibra capilar.
Lucera explica que “el primer paso es eliminar el exceso de agua con suavidad” e incide en la importancia de evitar los movimientos bruscos que tantas veces se convierten en un mal hábito.
“Después de lavar el cabello, evita frotarlo con la toalla. Esto solo genera frizz y puede partir la fibra capilar”, añade. En su lugar, propone un gesto mucho más delicado: “envuélvelo en una toalla de microfibra o de algodón y presiona delicadamente”.
Protección térmica: indispensable, no opcional
La clave está en escoger el adecuado: “Elige el protector más adecuado para tu cabello entre cabello fino, coloreado o para cualquier tipo de cabello”. Lucera, recuerda que muchas veces se da por hecho que el protector es opcional, cuando en realidad es una medida esencial.
“La protección térmica no es un capricho, es una herramienta de cuidado esencial”, afirma. Y añade:
“El calor excesivo rompe la cutícula del cabello, y ahí es cuando empiezas a notar que se ve opaco, se parte con facilidad y no responde como antes”. Por eso insiste en que “siempre que se utilicen herramientas térmicas en el cabello”, el protector debe ser un paso ineludible.
No obstante, aclara que, si se deja secar el cabello al aire, o se opta por estilos sin calor como trenzas o recogidos naturales, “no es necesario aplicar protección térmica”. También advierte sobre la saturación de producto: “Algunos aceites, productos para peinar o tratamientos ya contienen protección térmica integrada”.
Si se usa un producto de este tipo, entonces no hace falta añadir otro producto extra. “Pero eso sí: leer bien la etiqueta, porque no todos lo tienen, y no confiéis solo por el brillo o el aroma”, advierte la experta sobre un paso fundamental a la hora de decantarse por un producto.
Una cuestión de técnica
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Es importante seguir la dirección natural del cabello para evitar el encrespamiento. (FOTO CEDIDA POR COTTONBRO)
El modo en que se utiliza el secador influye tanto como la calidad del aparato. “El secado debe hacerse por secciones, comenzando por la parte inferior de la cabeza, que es donde más se retiene la humedad, e ir subiendo a la zona superior”, recomienda Lucera.
En este proceso, el tipo de herramienta también es determinante. “Debemos utilizar un secador de calidad, con control de temperatura y velocidad”, añade la experta sobre aspectos a tener en cuenta para escoger un secador adecuado.
Mantener la distancia adecuada puede marcar la diferencia entre un cabello brillante y uno dañado: “Mantén el secador a una distancia de unos 15 centímetros del cabello y evita dejarlo fijo en un solo punto para no sobrecalentar la zona”, explica sobre un gesto esencial para evitar quemar las fibras capilares.
Lucera subraya un aspecto que a menudo se pasa por alto: “La dirección del secado importa”. En sus palabras, “siempre debemos prestar atención a secar el cabello en la dirección de la cutícula, de raíz a puntas”.
Este gesto, aparentemente simple, tiene un efecto directo sobre el brillo y la suavidad: “El aire hacia abajo sella la cutícula, mientras que el aire ascendente la levanta, causa frizz y debilita el pelo”.
Tampoco el calor más intenso garantiza mejores resultados. “No siempre más calor es mejor”, advierte la experta.
“La temperatura media es suficiente para un secado efectivo sin dañar el cabello”. Y al final, un detalle profesional marca el cierre del proceso: “Recomiendo aplicar un golpe de aire frío para sellar la cutícula y fijar el peinado”.
Adaptar la técnica al tipo de cabello
Aunque existen pasos universales, Lucera insiste en la importancia de personalizar el proceso. “Podemos tener una forma universal correcta de secado del cabello, pero dentro de esos pasos debemos tener en cuenta el tipo de cabello que se va a secar”, explica.
Además, señala que el resultado final también influye: “Puede que la textura natural del cabello no sea la misma que se espera tener una vez haya secado o, por ejemplo, que se busque realzar el corte y así sacarle un mejor partido”.
Para el cabello liso, recomienda “usar baja temperatura y secar en la dirección de la cutícula, de arriba hacia abajo, para ayudar a mantenerlo brillante y sin frizz, pudiendo ayudarse de un cepillo redondo para dar volumen en la raíz mientras se seca”.
En el caso de las melenas onduladas, sugiere “aplicar antes un producto con protección y ligera fijación o cuerpo, y usar un difusor para definir las ondas y reducir el frizz”.
En los cabellos rizados, el cuidado es aún más específico:
“Un secado con difusor es lo ideal. Si se puede, mantener la cabeza hacia abajo para dar volumen en la raíz. Usar aire medio o frío para no romper los rizos ni abrir la cutícula. Y no tocar mucho el cabello mientras se seca: eso aumenta el frizz, a no ser que ese sea el resultado que se busca”.
El papel clave del (correcto) desenredado
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Retirar la humedad o desenredar correctamente son pasos claves. (FOTO CEDIDA POR COTTONBRO)
Otro de los pasos más determinantes —y frecuentemente mal ejecutado— es el desenredado. “Cuando el cabello está mojado, está en su momento más frágil y elástico, por eso es muy importante desenredar con mucho cuidado”, advierte Lucera. Su consejo es usar “un peine de dientes anchos o un cepillo especial para cabello mojado”.
El proceso debe realizarse de manera gradual:
“Desenredando por las puntas y luego subiendo poco a poco hacia la raíz, de manera suave y sin tirones bruscos”. Según esta experta, este gesto tiene más efectos de los que se suelen imaginar: “Así evitamos que los nudos se sequen y se endurezcan, lo que podría causar tirones más fuertes después”.
Además, “el secado es más rápido porque el aire desliza mejor entre los mechones”. Un desenredado correcto “permite que el cabello quede más manejable y suave, lo que facilita el peinado posterior”, añade.
Lejos de ser una rutina mecánica, el secado del cabello se ha convertido en un ritual de cuidado consciente. La técnica adecuada, la temperatura controlada y el uso correcto de herramientas y productos son los elementos que marcan la diferencia entre un cabello apagado y una melena sana.
Bárbara Lucera, estilista capilar experta en la firma GHD, referente en el cuidado del cabello detalla a EFE la forma de secar el pelo de forma adecuada, y recuerda que “una de las claves fundamentales para mantener un cabello bonito y saludable es saber secarlo correctamente”.
“Secar bien el cabello no significa invertir más tiempo, sino hacerlo con conocimiento”, incide Bárbara Lucera. En esa combinación entre técnica, protección y tecnología se encuentra la fórmula para que el secado, ese gesto aparentemente simple, se transforme en el mejor aliado de la belleza capilar.
Eliminar la humedad de forma previa
El secado, advierte, “no es solo una parte más del peinado; es un paso crucial en el cuidado capilar”. De su técnica depende no solo el resultado estético, sino también la resistencia y vitalidad de la fibra capilar.
Lucera explica que “el primer paso es eliminar el exceso de agua con suavidad” e incide en la importancia de evitar los movimientos bruscos que tantas veces se convierten en un mal hábito.
“Después de lavar el cabello, evita frotarlo con la toalla. Esto solo genera frizz y puede partir la fibra capilar”, añade. En su lugar, propone un gesto mucho más delicado: “envuélvelo en una toalla de microfibra o de algodón y presiona delicadamente”.
Protección térmica: indispensable, no opcional
La clave está en escoger el adecuado: “Elige el protector más adecuado para tu cabello entre cabello fino, coloreado o para cualquier tipo de cabello”. Lucera, recuerda que muchas veces se da por hecho que el protector es opcional, cuando en realidad es una medida esencial.
“La protección térmica no es un capricho, es una herramienta de cuidado esencial”, afirma. Y añade:
“El calor excesivo rompe la cutícula del cabello, y ahí es cuando empiezas a notar que se ve opaco, se parte con facilidad y no responde como antes”. Por eso insiste en que “siempre que se utilicen herramientas térmicas en el cabello”, el protector debe ser un paso ineludible.
No obstante, aclara que, si se deja secar el cabello al aire, o se opta por estilos sin calor como trenzas o recogidos naturales, “no es necesario aplicar protección térmica”. También advierte sobre la saturación de producto: “Algunos aceites, productos para peinar o tratamientos ya contienen protección térmica integrada”.
Si se usa un producto de este tipo, entonces no hace falta añadir otro producto extra. “Pero eso sí: leer bien la etiqueta, porque no todos lo tienen, y no confiéis solo por el brilloo el aroma”, advierte la experta sobre un paso fundamental a la hora de decantarse por un producto.
Es importante seguir la dirección natural del cabello para evitar el encrespamiento. (FOTO CEDIDA POR COTTONBRO)
El modo en que se utiliza el secador influye tanto como la calidad del aparato. “El secado debe hacerse por secciones, comenzando por la parte inferior de la cabeza, que es donde más se retiene la humedad, e ir subiendo a la zona superior”, recomienda Lucera.
En este proceso, el tipo de herramienta también es determinante. “Debemos utilizar un secador de calidad, con control de temperatura y velocidad”, añade la experta sobre aspectos a tener en cuenta para escoger un secador adecuado.
Mantener la distancia adecuada puede marcar la diferencia entre un cabello brillante y uno dañado: “Mantén el secador a una distancia de unos 15 centímetros del cabello y evita dejarlo fijo en un solo punto para no sobrecalentar la zona”, explica sobre un gesto esencial para evitar quemar las fibras capilares.
Lucera subraya un aspecto que a menudo se pasa por alto: “La dirección del secado importa”. En sus palabras, “siempre debemos prestar atención a secar el cabello en la dirección de la cutícula, de raíz a puntas”.
Este gesto, aparentemente simple, tiene un efecto directo sobre el brillo y la suavidad: “El aire hacia abajo sella la cutícula, mientras que el aire ascendente la levanta, causa frizz y debilita el pelo”.
Tampoco el calor más intenso garantiza mejores resultados. “No siempre más calor es mejor”, advierte la experta.
“La temperatura media es suficiente para un secado efectivo sin dañar el cabello”. Y al final, un detalle profesional marca el cierre del proceso: “Recomiendo aplicar un golpe de aire frío para sellar la cutícula y fijar el peinado”.
Adaptar la técnica al tipo de cabello
Aunque existen pasos universales, Lucera insiste en la importancia de personalizar el proceso. “Podemos tener una forma universal correcta de secado del cabello, pero dentro de esos pasos debemos tener en cuenta el tipo de cabello que se va a secar”, explica.
Además, señala que el resultado final también influye: “Puede que la textura natural del cabello no sea la misma que se espera tener una vez haya secado o, por ejemplo, que se busque realzar el corte y así sacarle un mejor partido”.
Para el cabello liso, recomienda “usar baja temperatura y secar en la dirección de la cutícula, de arriba hacia abajo, para ayudar a mantenerlo brillante y sin frizz, pudiendo ayudarse de un cepillo redondo para dar volumen en la raíz mientras se seca”.
En el caso de las melenas onduladas, sugiere “aplicar antes un producto con protección y ligera fijación o cuerpo, y usar un difusor para definir las ondas y reducir el frizz”.
En los cabellos rizados, el cuidado es aún más específico:
“Un secado con difusor es lo ideal. Si se puede, mantener la cabeza hacia abajo para dar volumen en la raíz. Usar aire medio o frío para no romper los rizos ni abrir la cutícula. Y no tocar mucho el cabello mientras se seca: eso aumenta el frizz, a no ser que ese sea el resultado que se busca”.
Retirar la humedad o desenredar correctamente son pasos claves. (FOTO CEDIDA POR COTTONBRO)
Otro de los pasos más determinantes —y frecuentemente mal ejecutado— es el desenredado. “Cuando el cabello está mojado, está en su momento más frágil y elástico, por eso es muy importante desenredar con mucho cuidado”, advierte Lucera. Su consejo es usar “un peine de dientes anchos o un cepillo especial para cabello mojado”.
El proceso debe realizarse de manera gradual:
“Desenredando por las puntas y luego subiendo poco a poco hacia la raíz, de manera suave y sin tirones bruscos”. Según esta experta, este gesto tiene más efectos de los que se suelen imaginar: “Así evitamos que los nudos se sequen y se endurezcan, lo que podría causar tirones más fuertes después”.
Además, “el secado es más rápido porque el aire desliza mejor entre los mechones”. Un desenredado correcto “permite que el cabello quede más manejable y suave, lo que facilita el peinado posterior”, añade.
Lejos de ser una rutina mecánica, el secado del cabello se ha convertido en un ritual de cuidado consciente. La técnica adecuada, la temperatura controlada y el uso correcto de herramientas y productos son los elementos que marcan la diferencia entre un cabello apagado y una melena sana.