La decisión de Estados Unidos de congelar la ayuda militar para Ucrania ha aumentado aún más si cabe la presión sobre Alemania, no solo para formar un Gobierno de coalición con la máxima celeridad posible, sino también para fijar un plan de acción que permita contar con el dinero necesario para defensa y, sobre todo, para seguir apoyando de manera efectiva a Ucrania.
