El Real Madrid volvió a mostrarse infalible en el Movistar Arena y, después de un gran partido, logró una victoria vital para no desengancharse de la cabeza de la clasificación. Su triunfo frente al Fenerbahçe (84-58), muy lejos todavía del equipo que el año pasado se proclamó campeón de la Euroliga, reforzó la sensación de que es un grupo que va en ascenso. Aunque eso tendrá que demostrarlo lejos de su afición, donde no consigue avanzar.
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        El Real Madrid volvió a mostrarse infalible en el Movistar Arena y, después de un gran partido, logró una victoria vital para no desengancharse de la cabeza de la clasificación. Su triunfo frente al Fenerbahçe (84-58), muy lejos todavía del equipo que el año pasado se proclamó campeón de la Euroliga, reforzó la sensación de que es un grupo que va en ascenso. Aunque eso tendrá que demostrarlo lejos de su afición, donde no consigue avanzar.
 
								 
															





 
															 
															 
															