Aquí, en México, el Che se convirtió en el Che, dice Paco Ingacio Taibo II, director general del Fondo de Cultura Económica, en la introducción del documental El Ché y Fidel. Ernesto antes del Che, su paso por la Ciudad de México. En 1955, el Che conoció a los hermanos Castro en la colonia Tabacalera, en la capital mexicana y forjó una fuerte amistad con Fidel, con quien compartía un profundo sentimiento “antiyanquista”. También fue aquí en México que el argentino y el cubano planearon el derrocamiento del entonces presidente y dictador de Cuba, Fulgencio Batista. Aquel momento histórico fue inmortalizado 62 años después por el escultor Óscar Ponzanelli con unas figuras de bronce de Castro y Guevara relajadamente sentados en una banca y puestas sobre un parque en la Tabacalera, las cuales fueron retiradas durante el miércoles 16 de julio de 2025 por irregularidades en los permisos para instalar la obra, según informó la alcaldesa emecista de la Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega. Las esculturas ya no están, pero la historia e importancia de su encuentro prevalece.
