El papa Francisco, de 88 años, e ingresado desde hace dos semanas en el hospital Gemelli de Roma, ha sufrido esta tarde una de las temidas recaídas que hacían ser cautelosos a los médicos sobre su recuperación. El parte médico de la tarde de este viernes, emitido a las 19.17 horas, ha revelado que ha padecido “un ataque aislado de broncoespasmo que, sin embargo, ha determinado un episodio de vómitos con inhalación y un repentino empeoramiento de su cuadro respiratorio”. “El Santo Padre ha sido rápidamente aspirado y se ha iniciado ventilación mecánica no invasiva, con buena respuesta en el intercambio gaseoso. El Santo Padre ha permanecido siempre consciente y orientado, colaborando en las maniobras terapéuticas”, prosigue el parte. La mañana había transcurrido sin problemas, y el Papa había alternado la fisioterapia respiratoria con la oración en la capilla anexa a su habitación. “Por tanto, el pronóstico sigue siendo reservado”, concluyen los médicos.
