La realidad de las palabras o al revés, según Darío Villanueva

Hoy más que nunca, las palabras adquieren una dimensión, un sentido, una sensibilidad y una responsabilidad (en su uso) determinantes. Más que nunca porque, otra vez en la Historia —pocas cosas hay verdaderamente nuevas— las mentiras, las falsedades y las amenazas campan a sus anchas en el proceloso mar de lo públic o . La máscara atenaza el rostro, como en el poema de Pessoa, de tanto ponerse la máscara esta sociedad cuando quiera quitársela se arrancará la cara. Y ahí es donde las palabras, si vale la broma, que no lo es, tienen mucho que decir. Darío Villanueva, académico de la Española en donde fue un muy notable director, publica ‘Poderes de la palabra’. Así en singular, porque como se suele recordar fue la palabra la que inventó la realidad, es la palabra la que crea la naturaleza, las gentes y las cosas, y es la palabra el fundamento sensato de la comunicación. Signos que configuran los sentimientos, las pasiones, las ambiciones, los celos, las traiciones, los miedos. Todo está en las palabras, de manera sustancial la interpretación. Palabra y memoria. ENSAYO ‘Poderes de la palabra’ Autor Darío Villanueva Editorial Galaxia Gutenberg Páginas 334 Precio 22 euros 4 Para Witgenstein , bien lo sabemos: «los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo». Sí, es duro, pero es lo que hay. No es casual, por ello, el cúmulo de poderes de la palabra que desarrolla Villanueva en doce brillantísimos, documentados, amenos y certeros capítulos. Valgan, más que como ejemplos como cariñosa incitación a la lectura del volumen los dedicados a la relación entre derecho y literatura , que incluye un caso práctico: el informe Barral y que consta de un escueto informe pericial en el que se destacaba la aplicación deslumbrante de la Teoría estilística, como defensa de Barral, ante una querella por injurias que un gerente editorial había presentado contra él. No se pierdan esas luminosas páginas el lector. Naturaleza y tecnología. Un buen debate para estos oscuros años a la manera orteguiana O cómo un concepto que viene de la teoría de la literatura tuvo especial uso y aplicación nada menos que por los formalistas rusos para la propaganda y la publicidad, el consumo inmediato de los mensajes y las retóricas que permiten ese impacto buscado. Y qué decir de los llamados «nativos digitales», ¿de qué retóricas echarán mano en las próximas décadas? ¿cómo será su biblioteca? con el riesgo de que se cumpla el ejemplo que recupera Villanueva del gran George Steiner : «Se preguntaba Steiner: ¿qué pasará cuando, muy pronto, un maestro intente comunicarse con un niño que apenas sepa leer , pero que ya está asimilado a la lógica formal y matemática de su ordenador? Si el profesor le dice: Eres un analfabeto, él o ella podría contestarle: El analfabeto eres tú. En suma, un diálogo de sordos». Delirio digital Son frecuentes las citas a McLuhan , pero el delirio digital, y, que los dioses se apiaden de nosotros, la Inteligencia Artificial plantean el gran tema de nuestro tiempo, a la manera orteguiana: naturaleza y tecnología. Un buen debate para estos oscuros años. Como lo es el de la cansina, ya hiede, corrección política que nos conduce, bien lo destaca el autor, al más absoluto de los ridículos que una sociedad pueda contemplar, porque «es mucho más fácil cambiar el código civil que la gramática» . Y la gramática es la quintaesencia de una comunicación cabal.

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