La Suprema Corte de Justicia ha marcado historia al emitir una sentencia que ordena la liberación absoluta de Juana Hilda González Lomelí, acusada falsamente hace dos décadas del secuestro y asesinato de Hugo Alberto Wallace, hijo de la influyente empresaria y activista Isabel Miranda, recién fallecida. La decisión del alto tribunal desmonta uno de los mayores ejemplos de la corrupción de la justicia en México, pues demuestra que el caso Wallace se construyó con base en actos de tortura y pruebas falsas. La sentencia, elaborada por el ministro Alfredo Gutiérrez, es acaso el cierre con broche de oro del máximo tribunal, que a partir de septiembre será reemplazado por una nueva Corte integrada por los togados recién electos por voto popular. Los actuales ministros sacaron adelante el proyecto de Gutiérrez a pesar de las duras presiones a que los sometió la Fiscalía General, que exigió al Supremo no votar el asunto y dejarlo en manos de los nuevos integrantes del alto tribunal, en su mayoría alineados al oficialismo.
