La transparencia sigue siendo un reto en el mundo del fútbol

El mal manejo de las gestiones financieras en el seno del fútbol profesional es un tema que ha puesto en evidencia a grandes equipos en las principales ligas del mundo. En esta ocasión, de manera particular, en el ámbito de la contratación de jugadores. Estas operaciones están obligadas a realizarse dentro de un marco regulatorio establecido, que les otorga poder a las instituciones estatales y deportivas, nacionales e internacionales, para supervisarlas de modo que se puedan llevar a cabo con transparencia, sin alterar los estados contables de los equipos envueltos, y así evitar la creación de brechas de ventajas deportivas injustificadas.

Esta temporada el caso de las plusvalías de la Juventus, el equipo más importante de Italia, le costó sanciones deportivas y obligó a la renuncia de sus directivos. En una investigación de las autoridades italianas, a partir de filtraciones de documentos develados en la prensa, se descubrieron irregularidades en los precios de traspasos de sus jugadores durante los más recientes mercados de fichajes con el objetivo de generar plusvalías financieras ficticias, y así acomodar las cuentas para que estas cierren con el saldo positivo necesario requerido por las normas del ‘fair play’ financiero. Andrés Agulla, periodista argentino, comentaba de manera atinada en aquel entonces, que de continuar las investigaciones, otros equipos podrían verse comprometidos, porque al parecer, se trataba de una práctica no exclusiva de ‘La Vecchia Signora’.

La semana arrancó con otro caso, el del Manchester City. La Premier League de Inglaterra emitió un comunicado acusando al club de supuestas violaciones a la normativa financiera de esta liga y de la UEFA; en esta ocasión con declaraciones irregulares, donde el club sobreestimaba sus ingresos y subestimaba los gastos. No es la primera vez que los ‘Sky Blues’ se encuentran en el ojo del huracán: a principios de 2020, la UEFA les sancionó con dos años sin poder participar en competiciones europeas por violar el ‘fair play’ financiero por irregularidades en sus ingresos de patrocinio, aunque meses más tarde, dicha sanción fue levantada por el Tribunal de Arbitraje Europeo.

El fútbol profesional desarrollado sin ningún tipo de controles que obliguen a sus equipos a rendir cuentas y gestionar sus finanzas de forma transparente, está destinado a fracasar. La lucha contra la financiación irregular en el deporte es una batalla que se mantiene, dentro y fuera de las canchas. El modelo más exitoso hoy día lo tenemos en las ligas profesionales de los Estados Unidos, donde la normativa de cumplimiento y sanción que existe permite competir sin el temor de que de buenas a primeras capitales de dudosa procedencia atenten contra la imagen del juego.

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