Maribel López: «La feria ha adquirido un aprendizaje importante de sus ediciones excepcionales»

ARCO dura cinco días, pero se trabaja en ella todo el año. Las labores de una edición comienzan apenas culmina la anterior y Maribel López, la directora, habla de esta con una sonrisa que nunca abandona su rostro, quizá por su simpatía, o quizás porque le enorgullece charlar sobre lo que ella y su equipo de mujeres han logrado para este evento. Noticias Relacionadas estandar No Pregones flamencos para recuperar la tradición de los mercados Javier Palomo reportaje Si ARCO 2023 ARCO’23: Diccionario de autores imprescindibles de la 42 edición Varios autores —Vuelve a dirigir un ARCO con normalidad. Sin pandemia. ¿Qué ha aprendido? —El aprendizaje más importante proviene de las ediciones excepcionales, especialmente de la que sucedió en verano, y es que se reforzó la creencia en la importancia de la feria, de este momento que construimos, de este lugar de encuentro en el que, este 2023, 211 galerías de 36 países coinciden con más de quinientos invitados y más de setenta mil asistentes. —¿Cómo es el proceso previo a la feria, el diálogo entre comisarios y galerías? —El proceso es largo y muy bonito. Empezamos trabajando en el proyecto conceptual, pensamos en quiénes nos acompañarán en ese viaje. También analizamos el precio de los estands para poder ofrecer las mejores condiciones. A partir de allí, comienza nuestra labor comercial, que es animar a las galerías a que presenten propuestas que nuestro comité organizador valore, y todo esto dura meses. Los grupos curatoriales nos ofrecen el resto de contenidos. —Si ARCO es un evento que hace las preguntas de lo que sucede en el presente y en el futuro, ¿qué se cuestiona en esta edición? —En esta edición el tema central es el Mediterráneo, porque queremos dirigir la vista a esos otros lugares que no solemos mirar. Para este sector específico contamos con Marina Fokidis, comisaria griega. Desde la feria le dijimos solo una cosa: queremos pensar en el Mediterráneo como lugar de encuentro; miramos, desde el mar, a los países que lo rodean. —¿Por qué cree que, mientras las galerías de arte son poco visitadas, ARCO tiene tanto poder de convocatoria? —ARCO tiene 42 años de historia. Surge en un momento en el que no había nada parecido en España y se estableció como un lugar de cultura, de arte contemporáneo, pero también de encuentro social. Ese momento, en los 80, era de efervescencia absoluta. Eso hizo que se constituyera en algo más que una feria y un mercado. —De acuerdo a la implementación de nuevas técnicas digitales, ¿considera que hay otras maneras en las que se pueda garantizar el mercado del arte fuera de una feria? —La existencia de plataformas en las que se pueden comprar obras es el presente y seguramente el futuro, pero creo que es limitada. Debes conocer al artista para saber si esa obra, cuando llegue a tu casa, te va a interesar, y creo que es la galería la que garantiza ese proceso de ver la obra, de hablar sobre ella. La feria es un contenedor de esa realidad, pero el garante es la galería. —¿Qué fue lo más retador de esta edición? —Hemos trabajado bastante, pero también hemos tenido suerte; muchas galerías, coleccionistas y directores de museos quisieron venir. Entonces no hay excusas, nos tiene que ir muy bien. Ese es el reto. —¿Le queda cuerda a Maribel López para más ediciones? Usted sería una buena candidata para dirigir el Reina Sofía. —¡En absoluto! [ ríe ]. Me queda mucha cuerda aquí, y no soy ninguna candidata. Pero gracias, lo considero un honor.

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