Algo cruje en el motor libertario. El presidente que se ufanó de liderar el mejor gobierno de la historia, el mismo que se proclamó merecedor del premio Nobel de Economía, ya dos veces debió buscar ayuda in extremis. El primer salvavidas se lo arrojó el Fondo Monetario Internacional (FMI), en abril, y no alcanzó. El segundo salvavidas llegó de las manos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en septiembre, y también se diluyó. Y ahora Javier Milei va por su tercer salvavidas, con el mismísimo Donald Trump en el Salón Oval. Pero, ¿quién puede garantizar que la tercera sea la vencida?
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Algo cruje en el motor libertario. El presidente que se ufanó de liderar el mejor gobierno de la historia, el mismo que se proclamó merecedor del premio Nobel de Economía, ya dos veces debió buscar ayuda in extremis. El primer salvavidas se lo arrojó el Fondo Monetario Internacional (FMI), en abril, y no alcanzó. El segundo salvavidas llegó de las manos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en septiembre, y también se diluyó. Y ahora Javier Milei va por su tercer salvavidas, con el mismísimo Donald Trump en el Salón Oval. Pero, ¿quién puede garantizar que la tercera sea la vencida?