Gustavo Petro estaba convencido de mantener la designación del escritor y activista Daniel Mendoza como embajador de Tailandia, pese a que en los días posteriores al anuncio aparecieron una serie de mensajes en Twitter en los que Mendoza sexualizaba a niñas y adolescentes —él argumenta que pertenecen a extractos de uno de sus libros, pero se han investigado y no se encuentran esas citas—. Sin embargo, se encontró con la firme oposición de su ministro de Exteriores Luis Gilberto Murillo, que al encontrar esos extractos en las informaciones que se publicaron tuvo que dejar de leerlas por sentirse violentado y no permitió que sus asesores las leyeran en alto durante sus reuniones. Murillo y Petro discutieron por este asunto como pocas veces ha ocurrido entre los dos, según fuentes enteradas de primera mano del caso.