De pie junto a su obra, Job Theofil busca una mirada cómplice que se detenga a su lado. De repente, una mujer se acerca y Theofil, finalmente, respira aliviado: “Esta pintura simboliza una dualidad; mi parte más oscura, traumática y negativa, pero también todas las personas que me dan esperanza”, le explica detenidamente. A sus 23 años, presentó por primera vez su trabajo frente al público en Nafasi, uno de los principales espacios artísticos de Tanzania, un centro que, desde 2008, ha ejercido una gran influencia en el rumbo del arte contemporáneo a nivel nacional. “El arte es mi forma de representar la raíz de mis problemas y lo que me ayuda a sobreponerme”, cuenta a este medio. Sin embargo, reconoce que hace ocho meses “no habría sido capaz” de hacer esta reflexión. Nafasi ha sido su motor.