No son cazas, son aviones del Gobierno de Eslovaquia. El día que un Airbus A319 y un Fokker 100 se robaron el show
A la izquierda, el Airbus A319. A la derecha, el Fokker 100. Los dos aviones oficiales de Eslovaquia sobrevuelan la pista a muy baja altitud, casi tocando el suelo, como si el aire fuera una extensión de la propia plataforma. Desde tierra, decenas de cámaras y móviles apuntan hacia el cielo, intentando capturar una maniobra que se antoja irrepetible.
Ambos forman parte del escuadrón gubernamental gestionado por el Ministerio del Interior. Aunque suelen ser conocidos como “aviones presidenciales”, lo cierto es que están a disposición del presidente de la república, el primer ministro y el presidente del Parlamento, entre otros altos cargos. También se emplean en vuelos de repatriación, misiones humanitarias o tareas de representación institucional.
Una exhibición que rompió moldes
El espectáculo tuvo lugar en 2021, y lo que se vio en esa pista no es, ni mucho menos, habitual. No es común que aviones de flotas presidenciales —más asociados al transporte diplomático que a las acrobacias— participen en exhibiciones aéreas con este nivel de pericia. Por eso la escena resulta tan llamativa: un despliegue de técnica y coordinación con aviones que, en teoría, deberían moverse lejos de los focos.
Es fácil distinguir al Airbus del Fokker, incluso para el ojo no experto. El primero, más robusto, lleva sus motores bajo las alas. El segundo, en cambio, los tiene montados en la parte trasera del fuselaje, justo a los lados de la cola. También hay diferencias notables en las superficies de cola: el Airbus opta por el clásico timón vertical y estabilizadores horizontales, mientras que el Fokker luce una configuración en T, con el estabilizador montado sobre la deriva. Dos aviones distintos, dos coreografías distintas… pero perfectamente sincronizadas.
Según se aprecia en el espectacular vídeo publicado por el canal Perinakx Videos, ambos despegan en formación cerrada, paralelos y elegantes. A mitad de pista, uno de los aviones sigue subiendo suavemente, mientras el Airbus inicia un giro hacia la derecha que deja a la vista el fuselaje azul que se recorta contra el cielo. Desde tierra, la imagen es imponente: los motores rojos, el fuselaje azul con alas estilizadas pintadas sobre él y unos ojos que observan como si el avión tuviera conciencia.
Fokker 100 del Gobierno de Eslovaquia
Más adelante, en otro corte del vídeo, los vemos de nuevo en acción. Esta vez volando por separado, pero siempre muy cerca del suelo. El Airbus protagoniza la maniobra más osada: se aproxima a la pista como si fuera a aterrizar, apoya primero las ruedas traseras y, casi imperceptiblemente, también el tren delantero. Recorre unos metros, levanta el morro con decisión, inclina el avión ligeramente a la derecha y vuelve a despegar. Todo en cuestión de segundos. Todo con una suavidad que hace que el peso del avión parezca ajeno a la gravedad.
Airbus A319 del Gobierno de Eslovaquia
Esta demostración aérea cobra aún más valor si se tiene en cuenta que la flota eslovaca está en proceso de renovación. Como apunta el medio Pravda, el gobierno tiene previsto retirar próximamente los Fokker 100, adquiridos de segunda mano en 2016, que ya entonces tenían 25 años de uso. Hoy son los últimos de su tipo operando en Europa. Aunque siguen volando —y regalando un sonido que enamora a los aficionados a la aviación—, el mantenimiento es cada vez más complejo y costoso. El plan es sustituirlos por nuevos aviones más eficientes y versátiles antes de que llegue el final de su vida útil.
Airbus A319 del Gobierno de Eslovaquia
El Airbus protagonista de este vuelo forma parte del relevo generacional. Fue adquirido en 2017 por 34,9 millones de euros, en sustitución del veterano Tupolev Tu-154M presidencial. Tiene una configuración médica y capacidad para trasladar hasta seis personas en camilla. Antes de integrarse en la flota eslovaca, este mismo avión había servido al expresidente francés Jacques Chirac.
En Xataka
En plena electrificación del transporte, Finlandia presenta la madre de todos los ferris eléctricos: un parking para 650 coches
Son maniobras que no se ven en vuelos comerciales. Son maniobras que exigen precisión quirúrgica y una confianza absoluta. Y, sobre todo, en el otro piloto. Porque esto no fue un vuelo de entrenamiento ni una exhibición cualquiera: fue una declaración de intenciones. El resultado fue hipnótico, tanto para aquellos que lo presenciaron en directo, como para quienes lo ven desde casa.
Imágenes | Perinakx Videos
En Xataka | El C929 quiere ser el gran salto de China en aviación comercial. Por ahora, su corazón sigue en manos occidentales
– La noticia
No son cazas, son aviones del Gobierno de Eslovaquia. El día que un Airbus A319 y un Fokker 100 se robaron el show
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Marquez
.
A la izquierda, el Airbus A319. A la derecha, el Fokker 100. Los dos aviones oficiales de Eslovaquia sobrevuelan la pista a muy baja altitud, casi tocando el suelo, como si el aire fuera una extensión de la propia plataforma. Desde tierra, decenas de cámaras y móviles apuntan hacia el cielo, intentando capturar una maniobra que se antoja irrepetible.
Ambos forman parte del escuadrón gubernamental gestionado por el Ministerio del Interior. Aunque suelen ser conocidos como “aviones presidenciales”, lo cierto es que están a disposición del presidente de la república, el primer ministro y el presidente del Parlamento, entre otros altos cargos. También se emplean en vuelos de repatriación, misiones humanitarias o tareas de representación institucional.
Una exhibición que rompió moldes
El espectáculo tuvo lugar en 2021, y lo que se vio en esa pista no es, ni mucho menos, habitual. No es común que aviones de flotas presidenciales —más asociados al transporte diplomático que a las acrobacias— participen en exhibiciones aéreas con este nivel de pericia. Por eso la escena resulta tan llamativa: un despliegue de técnica y coordinación con aviones que, en teoría, deberían moverse lejos de los focos.
Es fácil distinguir al Airbus del Fokker, incluso para el ojo no experto. El primero, más robusto, lleva sus motores bajo las alas. El segundo, en cambio, los tiene montados en la parte trasera del fuselaje, justo a los lados de la cola. También hay diferencias notables en las superficies de cola: el Airbus opta por el clásico timón vertical y estabilizadores horizontales, mientras que el Fokker luce una configuración en T, con el estabilizador montado sobre la deriva. Dos aviones distintos, dos coreografías distintas… pero perfectamente sincronizadas.
Según se aprecia en el espectacular vídeo publicado por el canal Perinakx Videos, ambos despegan en formación cerrada, paralelos y elegantes. A mitad de pista, uno de los aviones sigue subiendo suavemente, mientras el Airbus inicia un giro hacia la derecha que deja a la vista el fuselaje azul que se recorta contra el cielo. Desde tierra, la imagen es imponente: los motores rojos, el fuselaje azul con alas estilizadas pintadas sobre él y unos ojos que observan como si el avión tuviera conciencia.
Fokker 100 del Gobierno de Eslovaquia
Más adelante, en otro corte del vídeo, los vemos de nuevo en acción. Esta vez volando por separado, pero siempre muy cerca del suelo. El Airbus protagoniza la maniobra más osada: se aproxima a la pista como si fuera a aterrizar, apoya primero las ruedas traseras y, casi imperceptiblemente, también el tren delantero. Recorre unos metros, levanta el morro con decisión, inclina el avión ligeramente a la derecha y vuelve a despegar. Todo en cuestión de segundos. Todo con una suavidad que hace que el peso del avión parezca ajeno a la gravedad.
Airbus A319 del Gobierno de Eslovaquia
Esta demostración aérea cobra aún más valor si se tiene en cuenta que la flota eslovaca está en proceso de renovación. Como apunta el medio Pravda, el gobierno tiene previsto retirar próximamente los Fokker 100, adquiridos de segunda mano en 2016, que ya entonces tenían 25 años de uso. Hoy son los últimos de su tipo operando en Europa. Aunque siguen volando —y regalando un sonido que enamora a los aficionados a la aviación—, el mantenimiento es cada vez más complejo y costoso. El plan es sustituirlos por nuevos aviones más eficientes y versátiles antes de que llegue el final de su vida útil.
Airbus A319 del Gobierno de Eslovaquia
El Airbus protagonista de este vuelo forma parte del relevo generacional. Fue adquirido en 2017 por 34,9 millones de euros, en sustitución del veterano Tupolev Tu-154M presidencial. Tiene una configuración médica y capacidad para trasladar hasta seis personas en camilla. Antes de integrarse en la flota eslovaca, este mismo avión había servido al expresidente francés Jacques Chirac.
Son maniobras que no se ven en vuelos comerciales. Son maniobras que exigen precisión quirúrgica y una confianza absoluta. Y, sobre todo, en el otro piloto. Porque esto no fue un vuelo de entrenamiento ni una exhibición cualquiera: fue una declaración de intenciones. El resultado fue hipnótico, tanto para aquellos que lo presenciaron en directo, como para quienes lo ven desde casa.