¿Para qué sirven los separadores de dedos que usa Cristina Pedroche?

Cristina Pedroche no pierde oportunidad para hablar del que se ha convertido en su accesorio favorito: los separadores de dedos. En su cuenta de Instagram acostumbra a compartir historias en las que la vemos usando esta herramienta bastante desconocida todavía.

Cuando estuvo en El Hormiguero explicó cómo los separadores de dedos le han cambiado la vida y han supuesto una gran mejora en la salud de sus pies. De hecho, cuando sepas para qué sirven, quizás tú también quieras integrarlos en tu rutina diaria.

La presentadora confirmó que se fija mucho en los pies de los demás, porque los zapatos que solemos llevar son muy estrechos, lo que hace que los dedos se vayan aplastando y dé lugar a juanetes, dedos en garra, uñas encalladas… «Eso está mal porque los dedos deben estar separados».

Estos dispositivos se intercalan entre los dedos de los pies, aumentando el espacio entre los mismos, y pueden estar fabricados en muchos materiales, como silicona, foam, textil, etc.

El fisioterapeuta Jesús Serrano (@jesus.serrano.fisio) recomienda usarlos descalzo y en movimiento. Esto último es importante, ya que al apretar un poco, cortan mínimamente el riego sanguíneo y te puede llegar a molestar si permaneces mucho rato quieto.

Al principio hay que empezar a usarlos poco a poco, sobre todo si los pies tienen mucha deformación. Y recuerda que este accesorio no hace milagros, «es una herramienta más». Para corregir diferentes este tipo de patologías, este fisioterapeuta combina este accesorio con elásticos, pelotas, colchonetas, suelos con distintas texturas… «Todo para mejorar la contracción de los músculos del pie que están atrofiados por los zapatos y devolver estas articulaciones a su posición original»

Beneficios
Rubens García de Rmotion (@rmotioncoach) comparte las ventajas que aportan los separadores de dedos a tus pies:

1. Mayor flujo de sangre. Su uso aumenta el espacio entre estructuras óseas, permitiendo mayor flujo de sangra, nutrientes y oxígeno a los tejidos que antes no disfrutaban de ello.

2. Realineación progresiva. La demanda reiterada de una nueva posición para tu dedos hará que la musculatura se desarrolle sobre esta nueva base. Una estructura alineada ofrece eficiencia y fluidez, reduciendo contracturas y lesiones por sobrecarga.

3. Mayor estabilidad. Estos separadores abren el espacio entre dedos, lo que incrementa la base de soporte de tu pie. Una mayor base de soporte conlleva más solidez para crear estabilidad y equilibrio. Además, notarás una reducción inmediata de la tensión en rodillas y lumbares.

Juan José Carbajo, jefe de Fisioterapia y Rehabilitación del Hospital Nuestra Señora del Rosario, coincide con Serrano en que se trata de una herramienta más y «nunca se debe usar como único tratamiento» ni tampoco tienen resultado en el corto plazo y está contraindicada en patología vascular o diabetes.

«La forma correcta de utilizar los separadores de dedos sería de forma progresiva, marcándose objetivos pequeños, sobre una hora diaria y aumentando una hora por semana, a ser posible llevando los pies descalzos de forma inicial o con calzado amplio y cómodo. Lo más importante sería la combinación con otras terapias o ejercicios», indica el experto.

Este separador suele usarse principalmente en casa, descalzos y al menos durante diez minutos al día, lo que puede genera cierto alivio del antepié. «También pueden usarse con calzados del tipo ‘barefoot’ o de horma ancha», cuenta el Dr. Javier Tejada, del equipo EQAL Traumatología del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

Este experto subraya que para que esta herramienta sea eficaz en el alineamiento de los dedos es necesario que haya una constancia y usarlos al menos durante seis meses. Algo que se hace complicado debido al calzado que normalmente utilizamos. Por este motivo, Pedroche señala que ella usa dos tallas más de calzado en su día a día y entrena siempre descalza y con los separadores.

Para evitar esta compresión de los dedos, Serrano apunta que los zapatos deben tener forma de pie y no estar acabados en punta, como son la gran mayoría. «Además, a la ahora de comprarnos el calzado, nos tendría que caber un dedo entre el talón y la zapatilla. De esta forma nos aseguramos de que el pie no esté oprimido».

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