EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.-Este próximo 22 y 23 de agosto, la Sala La Dramática del Palacio de Bellas Artes será testigo de una propuesta escénica tan inquietante como hermosa: «Nuestro Hades», la nueva creación escrita y dirigida por Mabel Canela Ramos, que promete tocar fibras sensibles y dejar una marca imborrable en quienes la presencien.
En «Nuestro Hades», el espectador es arrastrado al universo de Aura y Bruno, dos jóvenes que encuentran en el amor y la danza una tabla de salvación frente a las heridas que cargan. Sin embargo, un amigo seductor y manipulador los conduce a los abismos de una secta disfrazada de búsqueda espiritual, donde la libertad se disuelve entre deseos reprimidos, culpa y control emocional.
Con un lenguaje escénico que fusiona teatro físico, danza contemporánea y drama psicológico, la obra explora los territorios oscuros de la manipulación afectiva y la pérdida de identidad. Basada en hechos reales, «Nuestro Hades» interpela al público con una pregunta directa y perturbadora: ¿Dónde está la línea entre el amor que redime… y el que destruye?
El montaje, de atmósfera intensa y poética, cuenta con un elenco cargado de fuerza y entrega: Paola Mejía, Gabriel Abreu, José Ramírez, Adrián Candelario, Anderson Mojica, Jassel Salvador, Daceli Almonte y José Mendoza, bajo la dirección de Mabel Canela Ramos y la producción general de Rafael Dolores y Starly Almonte.
Cada escena se construye como un ritual en el que el cuerpo, la palabra y el silencio revelan las grietas más profundas del ser humano. Más que una historia, «Nuestro Hades» es una experiencia sensorial que desnuda miedos, invita a la reflexión y expone las cicatrices que deja el abuso disfrazado de afecto.
Las funciones serán el 22 y 23 de agosto en la Sala La Dramática del Palacio de Bellas Artes, a las 7:30 de la noche. Las boletas están a la venta en tix.do.
«Nuestro Hades no es solo una obra de teatro: es una advertencia que se siente en la piel, un espejo que refleja nuestras sombras más profundas y una invitación a preguntarnos si, a veces, el peor de los infiernos no arde afuera, sino dentro de nosotros mismos. No te quedes sin vivirla.