Tiene Jannik Sinner la virtud de moverse en un registro, el del término medio, que tan buen aliado ha sido para algunos campeones históricos. Ninguna salida de tono, discurso siempre correcto y ejemplaridad en el día a día, señalado por sus propios compañeros —y compañeras del circuito femenino— como un modelo a seguir por su desempeño tanto en los entrenamientos como sobre la pista. Su carrera sufrió un desagradable giro hace aproximadamente un año, cuando trascendió un doble positivo por clostebol —esteroide anabólico prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)— que finalmente quedó reducido a un castigo de tres meses, previo pacto.
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Tiene Jannik Sinner la virtud de moverse en un registro, el del término medio, que tan buen aliado ha sido para algunos campeones históricos. Ninguna salida de tono, discurso siempre correcto y ejemplaridad en el día a día, señalado por sus propios compañeros —y compañeras del circuito femenino— como un modelo a seguir por su desempeño tanto en los entrenamientos como sobre la pista. Su carrera sufrió un desagradable giro hace aproximadamente un año, cuando trascendió un doble positivo por clostebol —esteroide anabólico prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)— que finalmente quedó reducido a un castigo de tres meses, previo pacto.