La insurrección iniciada por hombres armados vinculados al antiguo régimen en las provincias costeras de Siria, seguida de la represión de las fuerzas de seguridad y las matanzas de civiles perpetradas por estas, amenazan con hacer saltar por los aires la precaria transición en Siria y abocar al país al caos y la violencia sectaria, apenas tres meses después del derrocamiento de Bachar el Asad y el acceso al poder de los antiguos rebeldes comandados por el islamista Ahmed al Shara.