Tan solo hemos saboreado unos poquitos de días del 2023 y la violencia machista continúa sacudiendo sin piedad y cada vez de manera más frecuente. En lo que llevamos de año se suman ya cuatro mujeres asesinadas a manos de sus parejas y exparejas y hemos llegado a tal punto que se ha convertido en noticia habitual dado el aumento en el número de muertes en los últimos años.
¿Esto afecta a la sociedad? Completamente. Nos provoca miedo y un profundo rechazo. Juvenal Ornelas psicólogo de MundoPsicologos.com, manifiesta la necesidad de enseñar desde la infancia los valores que todo adulto ha de seguir manteniendo: «Hay que tener en cuenta cuánto ha aumentado la violencia machista entre los jóvenes, por lo que las posesiones y la inseguridad se deben enseñar y educar desde casa, en familia, y desde los colegios, para que las futuras generaciones provoquen un cambio de tendencia».
Aislamiento
Cuenta el experto en psicología que el maltratador, en muchos casos asesino, tiene dos conceptos mal entendidos y, por tanto, que no lleva bien a la práctica. El primero es la posesión y el segundo la inseguridad: «Una relación tiene sentido por la libertad de ambos de comenzar a estar juntos pero del mismo modo eso puede finalizar porque los dos, o uno de los miembros, no quiere seguir. Debemos aceptarlo y sobre todo respetarlo». Al parecer, el dominio es el rasgo más frecuente en los maltratadores. ¿Cómo identificar si tu pareja o la de alguien cercano es maltratador? Fijándote en si busca aislarte del entorno: «Es el principal indicador de que solo te quiere para sí mismo, así que cuando se observa esto debemos alejarnos de este sujeto».
En cuanto a las inseguridades, Juvenal Ornelas expone que son otro elemento básico que los alimenta: «Viven con miedo a que ser abandonados por su pareja y por eso utilizan la fuerza como forma de dominio, y la manipulación psicológica como manera de comunicarse».
El aislamiento es la vía de entrada para controlar y gestionar la vida de la persona maltratada, y el rechazo es lo que despierta la violencia en el sujeto. ¿No es esto un rasgo en común en la mayoría de las muertes por violencia machista? Previamente, y tras mucho esfuerzo, se ha producido una ruptura que una de las partes no entiende. Al sentirse rechazados y, teniendo en cuenta que son seres posesivos, actúan de forma violenta.
Qué no permitir
1. El chantaje emocional. El agresor se victimiza y culpa a la pareja de todo, igualmente le intenta hacer ver que no va a encontrar a nadie como él.
2. Que minimice tus logros y merme tus cualidades.
3. Invisibilidad y sumisión. Poco a poco, tu opinión e ideas pasarán a un segundo plano, pues conseguirá darle la vuelta y hacerte ver que no sabes de un tema, que lo que dices no es adecuado, corrigiéndote tanto en privado como en reuniones familiares.
4. Que te aísle de tus contactos, actividades y ‘hobbies’.
5. Una culpabilización permanente.
6. Que intente manejar tu cuerpo, limitando tu forma de vestir, caminar, maquillaje…
7. No debes permitir toda la gama de maltrato más conocida: insultos, menosprecio o castigos emocionales, como no hablarte en días, por ejemplo.
Rasgos comunes de un maltratador
Existen además otros rasgos en común que tienen todos los maltratadores, tanto los físicos como los psicológicos. Según el psicólogo de mundopsicologos.com, no tienen empatía, y no son capaces de entender nada por las dimensiones de su ego y egoísmo. Además, hay que sumar el control y el machismo como indicadores de quien tenemos delante. «Desde que se observa los primeros cambios de hábitos, de relación, debemos romper y si es necesario apoyarnos en nuestra red social para protegernos, siendo necesario acudir a la policía si fuera a más. No hay que dejar pasar tiempo entre el primer insulto al siguiente paso», recomienda Juvenal Ornelas, que manifiesta su deseo de apoyar a cualquier persona, sea una vecina o alguien a quien vemos por la calle: «De esta manera, siendo más y más personas las que no aceptan este comportamiento y no miramos para otro lado, se puede finalizar con una lacra de este nivel como sociedad».
Por tanto, no dar margen debe ser la premisa, y después, como comentaba el experto, contar con el entorno, que estén al tanto de lo que ha ocurrido. «Cuanto más apoyo tenga la víctima, más débil será el agresor. Cuanta más gente ayude, más fuerte y rápido podemos acabar con la lacra de la violencia de género», concluye el experto.
