En el interior de la tumba real del padre de Alejandro Magno

Bañada por el mítico río Haliacmón y cerca del Golfo Termaico, la antigua ciudad de Aigai, ubicada hoy entre los modernos municipios de Vergina y Palatsitsa, fue el lugar elegido por el rey Pérdicas I para levantar la que sería la primera capital de la dinastía macedónica. Aigai será hasta el siglo IV, cuando la capital se trasladará a Pella, el centro intelectual, cultural, artístico y administrativo de la monarquía macedonia. Los primeros hallazgos se produjeron a finales del XIX por francés Léon Heuzey pero no será hasta el siglo siguiente, con los arqueólogos griegos Manolis Andronikou y F. Petsas, cuando se realicen los trabajos que sacarían a la luz una de las urbes más importantes de la antigüedad . Junto con el palacio, el teatro y el santuario de Euclea fue hallada, también, una necrópolis donde se han descubierto más de 500 enterramientos, en su mayoría, ricamente decorados y con lujosos ajuares funerarios. Joyas, armas, cerámica y otros objetos recuperados de incalculable valor histórico y artístico son testigo, además, de la importancia económica y social del enclave desde tiempos remotos, patrimonio de la humanidad de la UNESCO desde 1992. El gran túmulo y las tumbas reales La larga ocupación de la necrópolis de Vergina, con tumbas que datan desde la prehistoria hasta la antigüedad tardía, nos ha dejado más de medio millar de túmulos funerarios. Aunque la mayoría han sufrido expolios a lo largo de los siglos, algunos de ellos fueron encontrados intactos por los arqueólogos y han permitido reescribir la historia de la región desde tiempos remotos. Entrada a la cámara funeraria de Filipo II Ministerio de Cultura y Deportes de Grecia En el año 1977, en la zona se produjo uno de los mayores hallazgos arqueológicos del siglo XX: el descubrimiento del túmulo funerario que custodia las tumbas de los reyes macedónicos de Aigai. El túmulo de 13 metros de altura y unos 100 de diámetro, que no había sido víctima de saqueadores, sacó a la luz cuatro mausoleos monumentales con ricos ajuares funerarios e impresionantes frescos, entre ellos el del rey Filipo II, padre de Alejandro Magno y el del hijo de este con la princesa bactria Roxana, Alejandro IV de Macedonia. Al túmulo artificial que custodia las tumbas reales nos adentramos a través de una rampa, sumergiéndonos en la más absoluta oscuridad, al mundo de los muertos. Cuando nuestros ojos se han acostumbrado a la penumbra, los reflejos dorados de las decenas de objetos en metales preciosos nos deslumbran en una experiencia casi sagrada. La coraza de Filipo II dentro de museo de las tumbas reales Ministerio de Cultura griego La puerta de acceso a la cámara funeraria de Filipo II está decorada con un espectacular fresco de más de cinco metros de largo en la que aparece representada una escena cinegética con todo lujo de detalles. El magnífico ajuar funerario de esta tumba, formado por armas de plata, una corona de oro macizo, un arca en oro decorada con el sol macedonio, objetos de cobre, un lecho funerario en técnica crisoelefantina, suponen uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del país. En la antesala de la cámara funeraria fueron hallados los restos óseos de su mujer, Cleopatra, envueltos en una tela con bellísimos bordados vegetales hechos con hilo de oro, dentro de un cofre de oro macizo decorado con los símbolos del reino macedónico. Fresco con el rapto de Perséfone Ministerio de Cultura griego La denominada Tumba de Perséfone está decorada con un friso corrido donde se ha pintado la escena del Rapto de Perséfone por Hades, el señor del inframundo. Debido al pésimo estado de conservación de los huesos, no se ha podido identificar al propietario de esta tumba. Junto al mausoleo de Filipo II, fue hallada otra cámara funeraria, la del príncipe que, según las investigaciones, perteneció a un varón de unos catorce años de edad. Sus restos óseos fueron depositados en un ánfora de plata y, sobre ella, una corona de oro. Un fresco de una carrera de cuadrigas decora la parte superior de la cámara en la que también fueron rescatados decenas de objetos de plata típicamente usados en los banquetes de la antigüedad así como delicadas esculturas realizadas en oro y marfil. Ánfora con los restos de Alejandro IV de Macedonia Ministerio de Cultura griego Por último, datado en el 300 a.C., encontramos el cuarto mausoleo del conjunto funerario. La cámara funeraria estaba precedida de un pórtico con cuatro columnas dóricas. A pesar de su mal estado de conservación, se han podido rescatar una infinidad de obras de arte entre las que destacan las esculturas realizadas en marfil. Una auténtica metrópolis La multitud de excavaciones realizadas a lo largo de los años han sacado a la luz una enorme metrópolis con decenas de edificios públicos. Entre ellos destaca el palacio real que, junto al teatro y el santuario, constituían el centro político y cultural de Aigai. Inspirado en el modelo de las viviendas antiguas griegas, está construido en torno a un patio central del que salen varias estancias ricamente decoradas con bellísimos mosaico y columnas dóricas. Según los arqueólogos, el impresionante edificio fue construido en la segunda mitad del siglo IV a.C. y, posiblemente abandonado durante el siglo II a.C. con la entrada de los romanos en el poder. Museo de Aigai Ministerio de Cultura griego Junto al palacio se encuentra el teatro, lugar en el que se realizaban todas las ceremonias oficiales de la realeza macedonia y donde, en el año 336 a.C. fue asesinado Filipo II. Un museo para Aigai Hace escasos meses abrió sus puertas el Museo y Centro de Interpretación del Sitio Arqueológico de Aigai , con el objetivo de mostrar al público el patrimonio y la historia del reino macedónico y la difusión del helenismo gracias a las campañas de Alejandro Magno. Para ello, en colaboración con la UNESCO, en la sede de este nuevo museo, se creará el museo digital ‘Alejandro Magno, desde Aigai hasta el Ecúmene’. Noticias Relacionadas estandar Si La nueva propuesta del Museo Británico: compartir los mármoles del Partenón con Atenas Ivannia Salazar estandar Si Los insólitos aliados de Grecia en su lucha por la devolución de los mármoles del Partenón Marta Cañete El enorme complejo arqueológico de Vergina ofrece un testimonio excepcional de un cambio fundamental en la historia de la antigüedad: el abandono del modelo de la ciudad estado al de un reino con vocación imperialista que llevó el helenismo a los confines conocidos del mundo.

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