Adiós al «insostenible» negocio en Twitch y Youtube: ¿se acabó hacerse rico grabando vídeos?

El concepto de ‘creador de contenidos’ abarca numerosos perfiles, muchos de ellos determinados por la plataforma de las redes sociales que usan. No es lo mismo un ‘tuitero’ (o como Elon Musk llame ahora a los usuarios de X), que un ‘instagramer’ o un ‘streamer’. Este último tipo de creador sale fundamentalmente en dos plataformas, Twitch y Youtube , que surgieron desde el mundo de los videojuegos y que ha ido expandiéndose a otros campos ( algunos de ellos de lo más peculiares ). Y a partir de 2024 pueden vivir uno de sus grandes puntos de inflexión. Hace unos días se celebró en Las Vegas la ‘TwitchCon’, una suerte de convención organizada y patrocinada por la plataforma propiedad de Amazon para que sirva de reunión a sus ‘streamers’ más importantes, espectadores que quieren conocerles o simplemente curiosos que quieren meterse en este mundo de los directos online. En esta reunión, hubo dos noticias que puede sacudir el mercado: adiós a los contratos millonarios y adiós a la exclusividad de emisión . Una va de la mano de la otra. Fue el mismísimo Daniel Clancy , recién nombrado hace unos meses CEO de Twitch , quien avanzó el gran cambio que se avecina en la plataforma. Y todo empezará desde un punto de vista formal y meramente técnico que afectará a sus ‘streamers’ más populares y que, hasta ahora, debían cumplir con un contrato de confidencialidad. Desde ahora, los creadores que quieran emitir en directo lo podrán hacer simultáneamente en Twitch y en otras plataformas, como Youtube, TikTok o Instagram si quieren. Y eso es un gran cambio. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP Código APP Cómo ganar dinero en Twitch y Youtube… hasta ahora Para entender hasta qué punto este es un momento disruptivo para los ‘streamers’ hay que hablar del concepto del programa de socios o ‘partners’ de Twitch y los diferentes niveles con los que se puede usar la plataforma. Cualquier usuario puede darse de alta en Twitch y empezar a emitir. Eso no implica ganar dinero inmediatamente, ya que para eso hace falta un número mínimo de seguidores y cumplir una serie de requisitos: emitir un mínimo de 25 horas , hacerlo durante 12 días diferentes y tener una media de 75 espectadores , todo en un periodo de 30 días. Hay algunas excepciones, como explican desde la plataforma, siempre que se observe un excepcional crecimiento de visualizaciones o se cuente con una audiencia establecida en otras plataformas. Una vez conseguido esto, se entra en el llamado programa de socios, que empieza a permitir cobrar por publicidad y suscripciones al canal , a cambio de algunas ventajas para los suscriptores, como emoticonos personalizados, mensajes destacados en el chat o similares. En el caso de Youtube es muy parecido, aunque en este caso los números requeridos son relativamente diferentes: 500 suscriptores , 3 subidas públicas en los últimos 90 días, 3.000 horas de visualización de vídeos largos en un año o 3 millones en vídeos cortos en los últimos 90 días. Aunque cada plataforma tiene sus requisitos, a partir de ahí se puede empezar a cobrar. Al inicio son unos pocos céntimos por cada emisión a cambio de dejar ver anuncios, pero se puede llegar a obtener un buen montante si se consigue una base fiable de espectadores. Adiós a los contratos de exclusividad Esto suele conllevar otros beneficios. Las marcas hace tiempo que se dieron cuenta de que los ‘streamers’ ya no son solo personas que juegan a videojuegos de manera online, sino que además sirven de altavoz para sus productos. De cobrar de Twitch o Youtube únicamente, algunos han empezado a hacerlo de marcas lo que, a veces, supone un problema. Así, las plataformas han empezado a ofrecer contratos de exclusividad con algunos de sus ‘streamers’ más populares , abriendo así la puerta a una ‘guerra de plataformas’ que ahora puede acabar. El mejor ejemplo es el de Ibai Llanos . Votado como el mejor streamer del año en 2021 y 2022, el vasco es una de las joyas de la corona de Twitch. Idolatrado por todo el mundo, su negocio se ha expandido mucho más allá de los ‘streams’, como demuestra la Kings League , por ejemplo. Él fue objeto de ofertas de varias plataformas para irse con ellos, pero tras muchas dudas , acabó firmando una renovación con Twitch. Tuvieron que prometerle una libertad absoluta, posibilidad de trabajar con sus patrocinadores personales y una serie de condiciones, como el fin de esta exclusividad , que la plataforma aceptó. Detrás de Ibai, fueron otros muchos. Actualmente, Twitch ya no exige exclusividad a sus ‘streamers’ estrella, aunque sí pedía que no emitieran simultáneamente en varias plataformas, lo que en el fondo es una exclusividad de facto. «Esta estrategia ha creado una guerra de ofertas, y no creo que sea un negocio sostenible», advertía Dan Clancy en una entrevista con Bloomberg. «Esta estrategia ha creado una guerra de ofertas, y no creo que sea un negocio sostenible» Dan Clancy CEO de Twitch Sin exclusvidad en la emisión, no tiene sentido hacer contratos millonarios. La consecuencia directa es que las plataformas ya no tienen necesidad de atar a sus creadores de contenidos, porque estos tampoco van a contar con tantas ventajas por estar con ellos. Y es que la audiencia tampoco es la misma que antaño . El mejor ejemplo es el caso de Overwatch, uno de los videojuegos más populares de Activision Blizzard, recientemente adquirida por Microsoft . En 2019, Twitch pagó 90 millones de dólares por la exclusiva de emitir su liga oficial. Youtube se hizo con los derechos en 2021 y la audiencia ha caído de manera drástica. Ahora Twitch se está pensando mucho recuperar dichos derechos o no, y menos por esa cantidad. 90 millones de dólares Pagó Twitch en 2019 por la emisión en exclusiva de la Overwatch League Youtube hace ya tiempo que dejó de pagar millonadas por contratos de exclusividad, y ahora le sigue Twitch. Instagram o TikTok no lo hacen, por lo que habrá menos dinero que repartir. Muchos ‘streamers’ y ‘youtubers’ temen que su forma de vida pueda acabar. No tanto los que tienen ya la vida resuelta y el negocio bien asentado, como el caso de El Rubius, El Xokas, DjMaaRiiO o el citado Ibai, sino a los que están empezando y empiezan a asomar la cabeza. Temen haber llegado demasiado tarde y que no puedan emular a sus ídolos, que empezaron jugando a videojuegos desde sus habitaciones y ahora facturan cientos de miles de euros al mes, en España, Andorra o en el país que elijan para ello.

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