Felnin Celesten, la principal joya de la vitrina dominicana para 2023

El rostro de Felnin Celesten es una alegría permanente y aun cuando aborda los temas más serios le cuesta guardar su bien cuidada dentadura, mejorada por braces. 

No es para menos. Este torpedero nacido en septiembre de 2005 (17 años) cuenta relajado los minutos para el próximo domingo en la mañana estampar su firma en el que proyecta ser el bono más alto que rubricará un dominicano cuando Grandes Ligas abra el mercado internacional aficionado 2023.

“Emoción, emoción, ansiedad no, emoción, porque es un día muy esperado, muy importante para todos los prospectos. Añoro mucho la llegada de ese día”, dice Celesten en la Ozuna Béisbol Factory, en Guerra, el laboratorio donde se ha moldeado durante casi cinco años bajo un programa bien diseñado para sacar este producto que cotiza como quilates de oro.

Fuentes bien informadas aseguran que por este torpedero de 6’3 pies y 175 libras de puro músculo que batea con poder a ambas manos los Marineros de Seattle entregarían alrededor de US$4 millones, una cifra que un conjunto asiático estaba dispuesta a superar, pero que el jugador rechazó porque su sueño está en la tierra prometida del béisbol.

Evolución y demanda

“Quizás no se desarrolló más hasta este momento por la insistencia que tenían todas las organizaciones en verlos, la cantidad de try-outs de los 30 equipos. Todos estaban muy interesados”, dice José Daniel Ozuna “JD”, su entrenador. 

Con 13 años, Ozuna, el técnico que preparó a Robert Puasón y por quien los Atléticos pagaron US$5,3 millones en 2019, comenzaba a ver el crecimiento en varias herramientas, no así en el físico. Pero su una actitud hacia el juego y ganas de aprender convenció al cuerpo técnico de que se podía pulir a nivel de impresionar en vitrinas.

Fue a los 14 años cuando la siembra mostró los frutos que enloquecieron al mercado, un punto al que se llegó a fuego, lento, con una jornada fuerte en el terreno entre 6:00 am y 12:00 pm donde se trabaja bateo, defensa, velocidad y en las tardes gimnasio para el fortalecimiento físico. Al final de cada jornada, evaluación de la labor del día.

Todo este trabajo sin renunciar a la escuela, puesto que cursa el penúltimo año de la educación secundaria, aunque sus deseos de estudiar arquitectura serán congelados.

“Si el niño se mantiene enfocado y, con el favor de Dios, él sigue haciendo lo que hasta hoy en día ha hecho podría estar a sus 20, 21 años en Grandes Ligas, verlo en un futuro Juego de Estrellas. Quien se está firmando es un niño muy especial”, dice Ozuna, primo del bigleaguer Marcell.

Niño especial

Es hijo único de la breve relación entre la maestra Ruth Gue y el exlanzador de los Orioles en la Liga de Verano, Fisne Celesten Oyental, descendientes de inmigrantes haitianos que llegaron a Guaymate el siglo pasado a trabajar en la industria de la caña.

Lo primero que Felnin dice querer hacer una vez se materialice el contrato es organizar un culto de acción de gracias en la iglesia cristiana Bautista Getsemaní, que pastorea en su abuela materna, en Guaymate, tierra donde creció viendo como referentes a jugadores como Félix Pié y Alejandro de Aza.

“Hay que verlo en el terreno, porque verdaderamente es un jugador que tiene un espíritu de competitividad increíble, es un niño que se lleva muy bien con sus compañeros, es un líder, estamos ante un jugador que podría, con el favor de Dios y si está saludable, poder ganar Series Mundiales, es un caso especial, realmente”, dice Ozuna, de cuyo programa han firmado más de 80 jugadores.

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Infografía
Felnin Celesten alcanza los 60 puntos en la escala de valoración 80-20 de los escuchas de la MLB. (JOSÉ ALEXANDER ARIAS)

Pero aclara que no es un producto acabado, si bien entiende que puede impactar de inmediato en las ligas menores.

“Vengo de una familia que somos humildes, a mi lo que me gustaba era jugar pelota de verdad, o sea que eso como que nunca me distrajo”, dice Celesten, que creció con su madre en casas alquilada y comprar una es su prioridad. 

La buena relación entre sus padres (a quienes califica como dos grandes amigos no obstante a la separación) ayudó, con el progenitor, trabajador del sector hotelero los últimos 20 años, como guía para que él se inicie en el juego y no le faltara un guante, unas zapatillas u otra herramienta.

“No perder el enfoque en verdad”, dice Celesten sobre unos objetivos que tiene trazados tan alto como el valor de su bono. “Quizás eso no le ha ayudado (a otros que firmaron por tanto dinero), que pierden el enfoque en cosas materiales. Yo voy a seguir con el enfoque, no nada más firmar esta, sino llegar a las Grandes Ligas y ser Salón de la Fama”. 

Lindor, Licey y… ¿de los Toros?

El puertorriqueño Francisco Lindor ha sido su referente, un patrón que no solo ha copiado con su alegría, fogosidad, sino que ha traducido con lo que puede hacer en el terreno. De la pelota invernal se queda con Ronny Mauricio, Rodolfo Castro, Sergio Alcántara y hace énfasis en “el Capitán” Emilio Bonifacio. Se define como “100%, 1000X1000 liceísta. Soy liceísta, pero si me dicen con quién quiero jugar es con los Toros, porque me gusta representar a La Romana”, dice.  

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