La hora de los hornos se aproxima en Haití con la aprobación ayer por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) de la resolución que autoriza el despliegue de una fuerza multinacional en esa nación por un año prorrogable, lo que significa también que desde hoy mismo la frontera no será la misma.
El presidente de Kenia, país que liderará el contingente integrado por militares de 12 naciones, ha prometido que la misión pacificadora logrará contener a las bandas armadas que controlan gran parte del territorio haitiano, al advertir que participarán junto a la policía haitiana en operativos de contención.
La resolución, redactada por Estados Unidos y Ecuador, contó con el voto de 13 miembros del Consejo de la ONU y la abstención de China y Rusia, que antes vetaron autorizar despliegue militar en Haití, por lo que el mandatario keniano estima que la fuerza internacional estará conformada en cuestión de semanas.
El presidente Luis Abinader, al referirse al diferendo con Haití por la construcción en el lado haitiano de un canal de trasvase del río Masacre, advirtió que la frontera nunca más seria la misma, una predicción que se consolida con esa inminente intervención de una fuerza militar pacificadora.
Lo deseable sería que el conflicto que generó el cierre total de la frontera al comercio y al paso de personas se pueda resolver antes de que arriben a Haití las tropas interventoras, porque el gobierno dominicano estaría entonces obligado a sellar aún más el paso fronterizo y prolongar la veda al comercio intrafronterizo.
Lo que queda claro es que pase lo que pase en Haití, República Dominicana no albergará refugios migratorios, aunque sí podría autorizar el uso de puertos y aeropuertos para operativos humanitarios relacionados con transporte de alimentos y medicinas y equipos hospitalarios.
Es obvio que las tropas que custodian la franja fronteriza no permitirán el ingreso de integrantes de bandas de delincuentes haitianos que han causado miles de muertes, secuestros, robos, atracos y violaciones, ni a miembros de elites haitianas que apadrinan esos grupos vandálicos.
Se acerca la hora de los hornos para Haití con el pronto despliegue de una fuerza multinacional que tiene la encomienda de aplicar “medidas urgentes con carácter excepcional”, para mantener el orden y la seguridad, incluso mediante arrestos y detenciones, lo que quiere decir que no es una misión de paz, sino de control y fuerza. Por esa razón y por lo que pueda suceder, la frontera no será la misma.
