Molly Sampson recibió por Navidad un vadeador para buscar fósiles, y en solo media hora encontró el tesoro de su vida: un diente de Megalodon más grande que su mano.
Molly Sampson recibió por Navidad un vadeador para buscar fósiles, y en solo media hora encontró el tesoro de su vida: un diente de Megalodon más grande que su mano.