Por qué somos más creativos y se nos ocurren más ideas en la ducha

La ducha es un momento de higiene y de cuidado personal que también puede convertirse en una fuente inesperada de creatividad e inspiración. A menudo, durante la ducha, surgen ideas brillantes, soluciones a problemas complejos y chispazos de creatividad que parecen surgir de la nada. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Qué tiene de especial la ducha que parece potenciar nuestra capacidad para generar ideas y pensar de manera creativa?

Este fenómeno no es una mera coincidencia ni una simple anécdota, sino que tiene fundamentos científicos y psicológicos que explican por qué la ducha se ha convertido en un espacio propicio para la creatividad. La combinación de factores como la relajación, la desconexión mental y la estimulación sensorial contribuyen a crear un ambiente ideal para que la mente divague y explore nuevas posibilidades.

El ‘efecto ducha’: así funciona nuestro cerebro

La clave para entender por qué somos más creativos en la ducha está en cómo funciona nuestro cerebro cuando dejamos que nuestra mente divague y se relaje. Cuando estamos haciendo algo rutinario y no estamos concentrados en una tarea específica, como ducharnos, nuestro cerebro se relaja y empieza a hacer conexiones entre ideas de una manera más libre y creativa. Es como si nuestra mente estuviera paseando y, de repente, diferentes pensamientos se encontraran y se combinaran de maneras nuevas.

Roger Beaty, neurocientífico cognitivo, explica para National Geographic que esto sucede porque nuestro cerebro tiene una especie de ‘modo por defecto’ que se activa cuando no estamos enfocados en algo en particular. Es como un estado en el que nuestro cerebro se toma un descanso y deja que las ideas fluyan libremente. Por eso, cuando estamos en la ducha, sin distracciones y con la mente relajada, es más probable que se nos ocurran ideas creativas e ingeniosas.

El agua caliente tiene la propiedad de relajarnos y atenuar el uso de los sentidos externos, lo que nos lleva a dirigir nuestra atención a los pensamientos internos. Este curioso efecto ha sido estudiado y revela que somos más creativos en la ducha que en el trabajo, según el estudio.

Los beneficios del vagabundeo mental

Aunque pueda parecer una pérdida de tiempo o una distracción, el vagabundeo mental tiene muchos beneficios para la creatividad. Según un estudio realizado por Benjamin Baird y publicado en 2012, el vagabundeo mental permite abordar problemas complejos y puede haber ayudado a los humanos cuando la supervivencia dependía de soluciones creativas.

Además, el vagabundeo mental también tiene un efecto positivo sobre el estado de ánimo y en nuestra productividad laboral. Según otro estudio publicado en 2022, las personas que tienen facilidad para distraerse y tomar pequeños descansos que permitan ‘desconecta’ la concentración de la labor que tenemos entre manos, son más felices y tienen menos estrés que las que están permanentemente atentas.

Por lo tanto, y a tenor de las conclusiones científicas, dejar que la mente divague bajo la ducha permite un equilibrio entre las ideas creativas y el pensamiento enfocado, beneficiando que pueda resolver problemas y explore líneas de pensamientos que, de otra manera, no contemplamos.

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